Paso gran parte de mi jornada laboral escuchando música en mis AirPods Pro 2. Es la única forma de concentrarme para investigar y escribir. Pero por 249 dólares, los AirPods Pro 2 son un capricho caro. Ahí es donde entran en juego los AirPods 4 de Apple. Hay una opción actualizada de los AirPods de entrada y gama media de Apple, los AirPods 4, disponibles en dos versiones: un modelo base de 129 dólares y una versión de 179 dólares con cancelación activa de ruido, a los cuales nos referiremos como “AirPods 4 con ANC”.
He estado usando los dos modelos de AirPods 4 durante la última semana más o menos, y hasta el momento me han parecido mucho más cómodos que sus predecesores. Puedo ponérmelos fácilmente en los oídos y se mantienen en su sitio, ya salga a correr o esté preparando la cena en la cocina. Y la calidad de audio es de primer nivel para unos auriculares inalámbricos.
Entre los dos modelos, optaría por los AirPods 4 con ANC porque tienen más funciones y ofrecen una experiencia sorprendentemente similar a los AirPods Pro 2, aunque carecen de las almohadillas de silicona del Pro 2 que contribuyen a bloquear el ruido ambiental. Pero si estás buscando una opción más asequible, los AirPods 4 estándar siguen siendo una excelente alternativa.
Nuevo diseño, más funciones
La línea de los AirPods 4 cuenta con un diseño actualizado que Apple ha refinado basándose en los datos que ha ido recopilando a lo largo de los años para garantizar un ajuste perfecto, ya elijas el modelo base o la versión con ANC. Me gusta el diseño de los AirPods Pro 2, pero algunos usuarios (mi esposa entre ellos), tienen problemas con el ajuste de las almohadillas de silicona intercambiables en los oídos. Los AirPods 4 con ANC deberían resolver ese problema porque su tecnología de cancelación de ruido no usa las almohadillas.
Ambas versiones de los AirPods 4 cuentan con función de aislamiento de voz para mejorar el sonido de las llamadas telefónicas y las interacciones con Siri, por lo que podrás aceptar o rechazar cosas como las notificaciones y llamadas telefónicas moviendo la cabeza hacia arriba y hacia abajo para decir “sí” o de un lado a otro para decir “no”. En mis pruebas tuve que realizar movimientos bastante amplios, así que no hay manera de que pueda hacerlo discretamente cuando voy en el metro sin que la gente piense que estoy discutiendo conmigo mismo. A pesar de ello, reconozco que podría ser útil cuando salga a correr o levante pesas y quiera descartar o aceptar una llamada o notificación.