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15 consejos esenciales para elaborar un presupuesto para trabajar desde casa

 

Fotografía cortesía de Delmaine Donson/iStock

El teletrabajo es cada vez más común en el panorama pospandémico. Normalmente, se asume que el teletrabajo te ahorra dinero automáticamente. Por ejemplo, el viajero promedio gasta $867 al año en combustible y $410 en mantenimiento del auto, gastos que ya no tendrás que asumir.

Sin embargo, aunque el gasto en ciertas categorías presupuestarias suele disminuir, otros costos pueden aumentar. Por lo tanto, conviene explorar consejos presupuestarios diseñados específicamente para profesionales que trabajan desde casa. Esto te garantiza aprovechar las oportunidades de ahorro y planificar cambios en tus gastos. Aquí tienes 15 consejos esenciales para el presupuesto de teletrabajo que te ayudarán a empezar con buen pie.


1. Cambios en el gasto en alimentos

Trabajar desde casa puede ahorrarte dinero en salir a comer si solías comprar el almuerzo o el café cuando estabas en la oficina. Sin embargo, si antes en tu lugar de trabajo ofrecían refrigerios, café u otros alimentos gratis, podrías gastar más en comida si trabajas a distancia. Además, aunque no sea así, tu factura del supermercado aumentará, ya que comerás en casa con más frecuencia.

Tus gastos también podrían aumentar si decides usar servicios de entrega a domicilio en lugar de preparar la comida en casa. En este caso, podrías gastar más en total, ya que los gastos de envío, los precios más altos y las propinas se acumulan.

Finalmente, debes analizar cómo planeas comer mientras trabajas desde casa. Considera los costos asociados con los diferentes enfoques y compáralos con tus patrones de gasto habituales. Esto te permitirá elaborar un presupuesto acorde.


2. Gastos de oficina en casa

Que su oficina en casa le beneficie o le perjudique económicamente depende de las particularidades de su situación. Los autónomos pueden deducir el valor de su espacio físico de oficina (según una fórmula del IRS ), así como ciertos equipos o muebles. Como resultado, esto puede compensar parte de sus gastos.

Si trabaja con un formulario W-2 para una empresa, no puede optar a la deducción fiscal por espacio de oficina en casa. Además, deducir el costo del mobiliario o el equipo generalmente tampoco es una opción. Por lo tanto, un escritorio, una silla, un escáner o artículos similares nuevos que decida comprar son gastos de bolsillo.

En algunos casos, puede hablar con su empleador para ver si puede proporcionarle el equipo o la tecnología necesarios para el desempeño de su puesto. Sin embargo, si la empresa lo considera opcional, podría tener que presupuestar estos gastos.

3. Suministros de oficina

Al igual que en el punto anterior, trabajar desde casa suele implicar gastar más en material de oficina. Necesitarás tus propios bolígrafos, papel, tijeras, grapadoras, archivadores y mucho más, dependiendo de tu profesión.

Si bien el costo por artículo de los suministros de oficina suele ser bajo, es un área que debes prepararte para cubrir. Además, al igual que los gastos de oficina en casa, no puedes deducirlos de tus impuestos si eres un empleado con formulario W-2, así que tenlo en cuenta. Sin embargo, si trabajas por cuenta propia, son potencialmente deducibles.

4. Mayor uso de servicios públicos

Al trabajar desde casa, es común gastar más en servicios públicos. Consumirás más agua y electricidad durante el día, ya que no tendrás que ir a la oficina, lo que puede suponer un aumento considerable en tus facturas mensuales de servicios públicos.

En promedio, los costos de energía para quienes trabajan a distancia son entre $40 y $50 al mes más altos que sus facturas previas al teletrabajo. Si bien puede tomar medidas para mejorar su eficiencia energética, compensar todo el aumento podría no ser práctico. Por ello, revise sus facturas iniciales después de comenzar a trabajar desde casa para ajustar su presupuesto en consecuencia.

5. Actualizaciones de Internet

Tener una conexión a internet confiable y de alta velocidad suele ser indispensable si trabajas desde casa. Si antes tenías un servicio relativamente bajo, podría ser necesario actualizar a un nivel superior para poder trabajar desde casa. Como resultado, tu factura mensual podría aumentar en $10, $20 o más, dependiendo de tus nuevas necesidades de servicio.

6. Redundancias de conectividad

En algunos casos, quienes trabajan a distancia necesitan un plan para cortes de internet inesperados en sus hogares. Esto podría incluir la contratación de servicios de telefonía móvil, como puntos de acceso físicos o compartición de datos.

Algunos proveedores incluyen el anclaje a red gratuito si tienes un plan de smartphone válido. Sin embargo, otros tienen límites (que generan cargos si los superas) o requieren cambios de plan para activar la función. Además, optar por un punto de acceso móvil implica comprar el punto de acceso y un plan de datos compatible. En algunos casos, esto puede añadir entre $10 y $80 a tu factura mensual, sin incluir el precio de los dispositivos.

7. Gastos de cuidado personal

En general, tus gastos de cuidado personal pueden disminuir al trabajar desde casa. Es posible que puedas pasar más tiempo entre cortes de pelo, evitar el maquillaje la mayoría de los días laborables y utilizar opciones similares para ahorrar dinero.

Sin embargo, si consideras tu rutina de cuidado personal como una forma de autocuidado, el tiempo extra que te sobra tras eliminar el desplazamiento podría llevarte a gastar más. Al fin y al cabo, opciones como usar mascarilla antes de realizar una tarea son posibles cuando no estás cara a cara con tus compañeros de trabajo. Por ello, podrías optar por invertir en nuevos productos, más allá de lo que normalmente harías.

8. Gasto social

Similar al punto anterior, tus gastos sociales pueden aumentar o disminuir al hacer la transición al teletrabajo. Si solías reunirte con tus compañeros para tomar algo después del trabajo, probablemente no lo harás al empezar a trabajar de forma remota, lo que te permite ahorrar. Sin embargo, pasar menos tiempo con otras personas podría llevarte a salir con familiares o amigos con más frecuencia, o a reunirte con compañeros de trabajo para salidas más costosas como compensación.

Lo ideal es calcular tus gastos anteriores como punto de partida. Luego, estima cómo cambiará tu vida social y qué harás para mantener la conexión, lo que te permitirá actualizar tu presupuesto.

9. Desarrollo profesional

Estar en un lugar de trabajo físico suele facilitar el acceso a ciertas oportunidades de capacitación, como instrucción directa o mentoría por parte de un compañero. Algunas empresas cuentan con plataformas de aprendizaje electrónico accesibles para teletrabajadores, pero no están disponibles para todos. Además, es posible que no cubran todas las habilidades que necesitas.

Esto podría generar costos inesperados de desarrollo profesional. Quizás necesites suscribirte a plataformas de aprendizaje o pagar cursos individuales para mantener tu carrera profesional encaminada, algo que quizás no te preocupaba antes. Por lo tanto, podrías necesitar agregar una nueva partida de desarrollo profesional a tu presupuesto.

10. Seguro

En algunos casos, las pólizas estándar de seguro para inquilinos y propietarios de vivienda podrían no cubrir ciertas propiedades comerciales. Por lo tanto, podría ser necesario añadir una cobertura comercial a su póliza, lo que puede aumentar el costo total.

11. Costos de cuidado infantil

Trabajar desde casa puede hacer innecesaria la guardería o el cuidado extraescolar durante todo el día. Sin embargo, estos ahorros podrían verse contrarrestados si necesitas el apoyo de un cuidador externo. Contratar a una niñera o tutor para cubrir los momentos en que no puedes supervisar directamente a tus hijos tiene un precio. Aunque sea menor de lo que gastabas antes, es fundamental tenerlo en cuenta.

12. Transporte

Si bien eliminar el desplazamiento diario suele suponer un ahorro para quienes conducen al trabajo, en realidad puede resultar costoso si antes recibías beneficios de transporte público a través de tu empleador. Una vez que empieces a trabajar de forma remota, es posible que no tengas derecho a este beneficio. Como resultado, podrías tener que gastar más para desplazarte por la ciudad que antes.

Además, algunos empleadores ofrecen otros incentivos de transporte diseñados para reducir los costos de desplazamiento. Una vez que el desplazamiento deja de ser una opción, estos también podrían eliminarse. Considere cómo la reducción de los beneficios de transporte afecta sus gastos diarios de transporte. Luego, investigue cuánto costará compensar el déficit para ordenar su presupuesto.

13. Armario

Trabajar desde casa generalmente significa que no tienes que usar ropa formal a diario, lo que puede reducir tus gastos en ropa. Sin embargo, si no tienes ropa adecuada para trabajar desde casa, podrías verte obligado a comprar ropa nueva para estar más cómodo. Como resultado, podrías gastar mucho más de lo esperado en ropa, especialmente al principio de la transición.

Revisa tu ropa para ver qué se adapta mejor a tu nuevo estilo de vida. Luego, haz una lista de lo que necesitas y compara precios para calcular los precios. Esto te permitirá ajustar tu presupuesto para tener en cuenta este gasto.

14. Membresías de gimnasio o equipos de fitness

Si trabajas para una empresa que tenía un gimnasio en sus instalaciones que los empleados podían usar gratis, trabajar desde casa podría significar tener que conseguir tu propia membresía o equipo de fitness. En cualquier caso, eso afecta tu presupuesto.

Una membresía de gimnasio puede costar entre $10 y $100 al mes, dependiendo de tu ubicación. Si optas por comprar tu propio equipo, podrías gastar menos de $100 en equipo básico, como pesas de mano, o más de $1,000 si empiezas a buscar cintas de correr o artículos similares. En cualquier caso, conviene ajustar tu presupuesto en consecuencia.

15. Impuestos sobre el trabajo autónomo

Si el teletrabajo se combina con el trabajo por cuenta propia, deberá pagar más impuestos federales que si fuera un empleado con un formulario W-2 tradicional. Dado que, en esencia, opera un negocio como propietario único (aunque no constituya una empresa formalmente), deberá pagar el impuesto sobre el trabajo por cuenta propia.

Básicamente, debe cubrir los impuestos del Seguro Social y Medicare que suelen pagar los empleadores. Si bien existe una deducción relacionada para reducir su ingreso bruto ajustado, sigue siendo una cantidad considerable. Asegúrese de reservar lo suficiente para sus pagos trimestrales de impuestos estimados, así que téngalo en cuenta en su presupuesto.

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